jueves, 29 de julio de 2010

TIEMPO! TIEMPO! TIEMPO!

Para los amigos que no tienen hijos resulta muy difícil encontrar a los que si tenemos y hay una suerte de reclamo, de molestia,
los que nos quieren, hablan de que tenemos que ocuparnos mas de nosotros mismos,
de nuestras condición de seres fuera de la pater-mater...
Me es difícil explicar, como cuando adolescente,
algo que Borges resumía magistralmente en esa sola frase,
en el poema “El amenazado”
”estar contigo o no estar contigo es la medida de mi tiempo”..
esa entrega al amor, eso es lo que uno siente y recibe de sus hijos..
amor sin condición… aquí y ahora… ya…vibrante...
tu tiempo es la medida de mi tiempo...
Algo similar pasa cuando te apasionas en la creación, en la composición
de una pieza, de un texto, de cualquier obra, una dimensión paralela entra en juego y te atraviesa y dilata;
es casi incompartible mas que con quienes lo viven contigo, en ti,
en una construcción que es proceso…
Como cuando nos conocimos amigo, y el reloj de arena giró y giró..

sábado, 24 de julio de 2010

bienvenidos


Llevamos tiempo imaginando que un día le vamos a dedicar más a este espacio y mientras va agonizando lo que pretendíamos vivaz... Finalmente abrimos la puerta al juego de discutir y charlar, con nosotros mismos, sobre lo que pensamos en relación a la crianza con amor, la educación respetuosa y el paciente oficio del arte...

martes, 13 de julio de 2010

A las dieciocho semanas tu bebé tiene figura humana, sus manos y pies son perfectos...¿Quiere decir que antes no tenia figura humana? Antes tomó todas las figuras de los antepasados de nuestra humanidad y todas sus formas. Las dos primeras células de un ser humano portan la memoria de innumerables ancestros de formas cambiantes. En nueve meses la naturaleza rehace a toda marcha su obra de quinientos millones de años de transformaciones. El vientre de las mujeres es un planeta que rehace indefinidamente el mundo en el secreto de su océano en miniatura. Tu encantador bebé se volvió pez; a las cuatro semanas de vida, con su bolsa vitelina nutricia sobre el vientre, parecía un joven alevín. Con esbozos de miembros se asemejó a las criaturas semiacuáticas y semiterrestres salidas del océano primitivo, y ahora es un mamífero con una especie de piel vellosa sobre todo el cuerpo, el lanugo...Estas inquietantes metamorfosis explican seguramente que durante siglos se haya vacilado en reconocer al feto se pertenencia al a familia humana, viéndoselo más bien como un ser híbrido, mitad animal, mitad criatura sin alma.
Thérèse Bertherat.